El logro de este Acuerdo demuestra que el multilateralismo es la mejor vía de solución frente a las amenazas y desafíos globales que enfrentan nuestro planeta, y constituirá una herramienta de apoyo fundamental a los esfuerzos de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación por plásticos, y el cumplimiento de otros objetivos globales como el Objetivo 14 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y el nuevo Marco Global para la Biodiversidad, incluyendo la meta de proteger al menos el 30% de los océanos hasta el 2030.
El Acuerdo contempla cuatro ejes temáticos centrales: los recursos genéticos marinos de la alta mar, incluida la distribución justa y equitativa de los beneficios monetarios y no monetarios de la utilización de dichos recursos; el establecimiento de medidas de gestión basadas en áreas, incluidas las zonas marinas protegidas; la evaluación de impacto ambiental; y la creación de capacidades y transferencia de tecnología marina a favor de los países en desarrollo.
El objetivo principal es el de garantizar dicha conservación y uso sostenible de la alta mar, con una visión de corto, mediano y largo plazo, a través de la implementación efectiva de las disposiciones pertinentes de la CONVEMAR, la creación de nuevos mecanismos y medidas, y una mayor cooperación y coordinación internacional con los marcos, instrumentos y órganos existentes a nivel global, regional, subregional y sectorial.
Después de casi 20 años de debates, grupos de trabajo y una Conferencia Intergubernamental que empezó su labor en 2018, los Estados miembros de las Naciones Unidas, incluyendo el Ecuador, llegaron a un acuerdo final histórico para proteger los océanos y usar de manera sostenible sus recursos, en beneficio de toda la humanidad.
Dicha participación, coordinada por la Cancillería ecuatoriana, forma parte de la política de transición ecológica, reflejada también en la creación de la reserva marina “Hermandad” en Galápagos, el fortalecimiento del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), y la más reciente declaración como reserva marina de las las 8 primeras millas del perfil marino costero continental del Ecuador.
Adicionalmente, se estableció un procedimiento inclusivo, basado en la mejor evidencia científica y con consultas a todos los Estados ribereños, organismos y actores relevantes, previo a la creación de cualquier medida basada en área, incluyendo áreas marinas protegidas en la alta mar, sin afectar los intereses del sector pesquero nacional, y su importante contribución a la seguridad alimentaria y al empleo, complementado con mecanismos de coordinación y cooperación con otros marcos existentes, como las organizaciones regionales de ordenamiento pesquero.
Quito, 8 de mayo del 2023
La posición del Ecuador en la negociación se basó en un proceso previo de coordinación interinstitucional, y permanente consulta con los actores nacionales involucrados, lo que facilitó que la delegación del Ecuador cumpla con un rol de liderazgo junto a otros países del Grupo Nucleo de paises de América Latina (CLAM) y del Grupo de los 77 (G77) conformado por 134 países en desarrollo, cuyas posturas fueron claves para lograr el consenso.

En la sede de la ONU en Nueva York, tras intensos y extendidos debates, ajustes y búsqueda de soluciones para alcanzar un consenso en el texto final, la noche del pasado4 de marzo de 2023, luego de casi 40 horas seguidas de negociación ininterrumpida, la Conferencia Intergubernamental logró aprobar el instrumento internacional jurídicamente vinculante bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina de las áreas fuera de la jurisdicción nacional, más conocido como el “acuerdo BBNJ”, por sus siglas en inglés, o simplemente como el “Tratado de la Alta Mar”.
Desde la aprobación de la CONVEMAR en 1982, y su entrada en vigor en 1994, este acuerdo representa el instrumento más importante para la gobernanza global de los océanos y el uso sostenible de sus recursos, incluyendola distribución equitativa de sus beneficios, bajo el principio de patrimonio común de la humanidad, lo cual constituyó uno de los puntos más sensibles del proceso de negociación.
A nivel internacional, el acuerdo debe pasar por un proceso de revisión jurídica final, para su traducción a todos los idiomas oficiales de la ONU, lo que facilitará su difusión y mejor comprensión en todos los países, como base para los procesos de suscripción y ratificación interna, y su posterior entrada en vigor y futura implementación.