Quito, 15 de abril del 2024
La Organización de las Naciones Unidas ha sido clave para que el concepto pudiera madurar, adaptándose a la realidad de la globalización en sus distintas facetas. Hoy, la entendemos como un tipo de ciudadanía que trasciende el espacio de lo nacional, se sustrae de un ámbito identitario y/o territorial específico, y abraza una ética global en constante desarrollo.
No debemos dejar de lado los múltiples desafíos ambientales, incluyendo el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, la sequía, la contaminación, y la degradación de los océanos. Nuestros esfuerzos deben orientarse hacia el fortalecimiento del multilateralismo y la cooperación internacional, con la participación de todos los sectores y actores relevantes, para el cumplimiento de los compromisos asumidos en los distintos acuerdos internacionales.
Señoras y señores,
Es imperioso implementar procesos de formación que ayuden a crear un futuro más justo y sostenible donde todos se conviertan en miembros activos de la comunidad global, aceptando la responsabilidad de tomar decisiones que afectan al mundo que compartimos y adoptando políticas que contribuyan a afrontar los actuales desafíos.
No obstante, de los avances registrados por la sociedad internacional en el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible falta aún mucho por lograr, pero contamos con una fuerza nueva y vital: la ciudadanía global. De allí la importancia del trabajo articulado entre la sociedad y los tomadores de decisiones. Esa alianza contribuirá hacia una ética global, fundada en la responsabilidad y solidaridad universal de ciudadanos.
Muchas Gracias
La ciudadanía, históricamente, ha estado estrechamente ligada al concepto de pertenencia a un Estado-nación. Sin embargo, en la actualidad enfrentamos problemas y desafíos en los campos político, económico, social y, ambiental que nos obligan a ver el mundo desde nuevas perspectivas.
Existen múltiples retos en materia de erradicación de la pobreza, salud, seguridad alimentaria, recesiones económicas, paz y seguridad, y medio ambiente. Los efectos de estos desafíos afectan la consecución del desarrollo sostenible para todos, y, de manera desproporcional, a los más pobres y personas en situación de vulnerabilidad.
La construcción del concepto de ciudadanía avanza desde la creación de Naciones Unidas en 1945 y la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, con la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático en 2015. Es precisamente un periodo de aprendizajes, donde se han consolidado las instituciones que apelan a una dignidad intrínseca y universal de la persona humana.
La cooperación debe ser inclusiva, enriqueciéndose de las diferencias regionales y experiencias universales. La innovación, la educación democrática de futuras generaciones y la acción humana concertada, permitirán superar desafíos que deterioran las capacidades de lo nacional y que amenazan nuestra sobrevivencia como especie.
Es esencial inculcar una conciencia global desde las escuelas, educar a nuestros jóvenes sobre las complejidades de nuestro mundo, fomentar el aprecio por la diversidad y practicar la empatía y la colaboración.
Nuestro país, no es la excepción, los efectos de la delincuencia organizada transnacional en el territorio ecuatoriano ha trascendido a una problemática estructural que viene de años atrás. El Gobierno del Presidente, Daniel Noboa Azin, trabaja para lograr devolverle la paz a todo el Ecuador, a las familias, a los negocios, emprendimientos, y a los niños para que puedan volver con tranquilidad a las escuelas. Sin embargo, un Ecuador de paz, no podrá lograrse sin la ayuda de todos.
Me es grato estar presente el día de hoy, en la inauguración del V Foro Internacional “Construyendo Ciudadanía Planetaria”, plataforma que promueve discusiones y debates de alto nivel sobre temas relacionados con la sociedad global.
En ese contexto, la seguridad es una pieza clave para lograr un estado de bienestar de los países. El crimen organizado trasnacional ha ampliado su acción en todo el mundo, afectando la gobernanza y los procesos políticos y debilitando el avance del Estado de Derecho. La Delincuencia Organizada Transnacional abarca, entre otros, la corrupción; el narcotráfico; el tráfico ilícito de armas de fuego, de especies protegidas, de bienes culturales y de productos médicos falsificados; y, entre algunas de sus manifestaciones más graves, la trata de personas y el tráfico de migrantes.
Para lograr el desarrollo de un “Nuevo Ecuador” una de las claves es la educación. Priorizar la inversión en este ámbito sienta las bases para un futuro próspero y sostenible, donde cada individuo pueda alcanzar su máximo potencial y contribuir al bienestar colectivo del país y del mundo.
INTERVENCIÓN DE LA CANCILLER, GABRIELA SOMMERFELD, EN LA INAUGURACIÓN DEL V FORO INTERNACIONAL CONSTRUYENDO CIUDADANÍA PLANETARIA – Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana
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